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Vanessa Velásquez 
Consultora de Lactancia IBCLC

El Error Común que Impide Un Sueño Reparador (y Cómo Solucionarlo)

Foto del escritor: Vanessa Velásquez Vanessa Velásquez

A lo largo del tiempo, han surgido innumerables mitos y estrategias diseñadas para "enseñar" a los bebés a dormir solos, como si ese fuera el objetivo principal de un sueño saludable tanto para ellos como para sus familias. Sin embargo, esta visión no siempre garantiza un descanso de calidad y, en muchos casos, representa un desafío emocional para las madres, ya que va en contra de su instinto natural de protección y cuidado.


Para acompañar a nuestros hijos de la mejor manera, es fundamental comprender cómo funciona el sueño infantil desde un punto de vista neurológico y cómo evoluciona con la edad. Con este conocimiento, podremos abordar cada etapa del desarrollo y lograr que nuestros hijos disfruten de un descanso reparador, sin que nosotras como madres terminemos agotadas en el proceso.


¡No, Tu Bebé No Necesita Que Le Enseñes a Dormir!


Lo primero que debemos entender sobre el sueño es que no es algo que se aprende. Todos los humanos nacemos con la capacidad de dormir; de hecho, ya lo hacemos desde que estamos en el vientre materno.


Sin embargo, el sueño infantil es muy distinto al de los adultos. No solo varía en la cantidad de horas que necesitan dormir, sino también en la manera en que estructuran ese descanso. A diferencia del bloque de sueño continuo al que estamos acostumbrados los adultos, los bebés duermen en ciclos más cortos y fragmentados.


En realidad, la mayoría de los bebés no tienen problemas de sueño; somos los adultos quienes tenemos problemas con el sueño de los bebés.

El Instinto de Supervivencia Que Todos Ignoran


Para que un bebé pueda dormir de forma segura y adecuada, es fundamental que sus necesidades biológicas estén cubiertas. La alimentación y la higiene son esenciales, pero igual de importantes son el contacto físico y la sensación de seguridad. 


Durante el sueño, los seres humanos nos encontramos en nuestro estado más vulnerable, por lo que los bebés vienen equipados con mecanismos de supervivencia que les permiten despertarse con frecuencia. No solo lo hacen para alimentarse, sino también para asegurarse de que están protegidos y cerca de su cuidador principal.


Cómo Ayudar A Tu Bebé A Dormir Mejor Desde El Amor


Como adultos, sabemos que dormimos en un ambiente controlado y seguro: una casa con techo, paredes y puertas cerradas. Pero para un bebé, la seguridad no la brinda el entorno físico, sino la cercanía de su cuidador. En sus primeros meses de vida, su instinto le dice que estar en brazos es su refugio más seguro.


Durante los primeros años de vida, mientras más seguridad reciban los niños por parte de sus cuidadores principales, más independientes serán a medida que su desarrollo neurológico se los permita.


La independencia no se impone, se construye sobre una base de confianza y apego seguro.

El llamado "sueño independiente" en los bebés va en contra de la biología humana. Son las crías más indefensas de la naturaleza y, por lo tanto, necesitan permanecer cerca de un adulto que les brinde protección. Su instinto de supervivencia les indica que la cercanía de su cuidador es esencial para su bienestar. Por eso, la mejor manera de garantizar un sueño de calidad en los bebés no es forzarlos a dormir solos, sino ofrecerles seguridad a través del contacto físico y la presencia constante.


Las estrategias para que, como adultos, logremos descansar de la mejor manera también están inscritas en nuestra biología. Como madres, sentimos la necesidad instintiva de estar cerca de nuestros bebés porque sabemos que, al responder rápidamente a sus demandas, podemos volver a dormir con mayor rapidez.


Además, quienes asumimos el rol de cuidadoras principales en los primeros años de vida experimentamos cambios hormonales desde el parto que, junto con la lactancia, nos ayudan a sincronizar nuestro sueño con el de nuestros hijos. Aprendemos a dormir de manera distinta a la que estábamos acostumbradas, funcionando incluso con despertares frecuentes. Sin embargo, esto no significa que todas las mujeres podamos sobrellevar el sueño interrumpido sin consecuencias. Lo ideal siempre será lograr el descanso suficiente, y para ello es esencial contar con herramientas que nos permitan dormir mejor.


¡Aprovecha Este Truco Para Dormir Más Horas!


Cuando comprendemos cómo duermen los bebés y los niños, identificamos que cada noche tienen un "período largo de sueño". Este bloque, que suele durar entre 3 y 5 horas, ocurre generalmente al inicio de la noche. Después de este tramo, es poco probable que el bebé vuelva a dormir otro bloque similar en las siguientes 24 horas.


Por ello, reconocer en qué momento ocurre este período largo de sueño y tratar de dormir al mismo tiempo que nuestro bebé es clave para sincronizar nuestros ciclos de descanso. Aprovechar este tramo ininterrumpido nos permite recuperar energía y afrontar con mayor calma los despertares nocturnos.


Tu Bebé Refleja Tu Calma


Gracias a las hormonas, cuando logramos descansar en bloques continuos de sueño, aunque sean de solo 3 a 5 horas, sentimos una diferencia significativa en nuestro bienestar. Este descanso nos permite afrontar los despertares nocturnos con mayor calma y paciencia, brindando a nuestros bebés el acompañamiento que necesitan.


Ve a dormir al mismo tiempo que tu bebé hace su período largo de sueño por al menos 2 o 3 días consecutivos para que tu descanso te permita acompañar los despertares nocturnos desde un lugar de mayor calma y paciencia.


Nuestros bebés son nuestro espejo.

La única manera en que podemos transmitir tranquilidad, seguridad y calma a nuestros hijos es si primero logramos sentirla dentro de nosotras. Cuando nosotras estamos en paz, ellos lo perciben y pueden relajarse para volver a dormir, permitiéndonos también descansar nuevamente.


Evita Este Error Común Que Afecta El Sueño De Tu Bebé


La vida cotidiana de hoy en día es muy diferente a la de hace cientos de años. Antes, el nivel de actividad física era mayor y la exposición a la luz solar era extensa y frecuente. Por eso, se recomienda permitir que los niños reciban suficiente luz natural durante el día, ya que esto ayuda a regular su ritmo circadiano y mejora la calidad de su sueño nocturno.


Nuestro cerebro libera las hormonas que inducen el sueño, como la melatonina, cuando detecta oscuridad a través de los ojos. Sin embargo, la exposición a la luz blanca artificial puede interferir con este proceso, dificultando el inicio del sueño. Por esta razón, es recomendable evitar el uso de pantallas y luces blancas al menos dos horas antes de la hora de dormir. Además, establecer un ritual nocturno consistente ayuda a crear un hábito que señala el momento de descanso y prepara el camino hacia el sueño.


El Secreto Para Evitar El Sobre-Cansancio En Tu Bebé


Al comprender las necesidades biológicas y neurológicas del sueño infantil, podemos aprender que, según la edad del bebé o niño, varían el número de siestas, su duración y el tiempo que deben permanecer despiertos para acumular la presión homeostática necesaria para sentir sueño. A través de la observación, podemos identificar estos patrones y reconocer las señales tempranas de cansancio en nuestros hijos, lo que nos permite responder a tiempo y facilitar un descanso adecuado.


La famosas ventanas de sueño no son las que nos indican a que hora debemos llevar a dormir al bebé, son las señales de sueño del bebé las que nos indican cuales son sus ventanas de sueño.

Las señales tempranas de sueño suelen manifestarse con un cambio en el nivel de energía del niño. La actividad disminuye, aparecen bostezos consecutivos, se frotan los ojos y las orejas, y poco a poco comienzan a mostrarse más irritables. Lo ideal es proporcionarles las condiciones adecuadas para dormir en cuanto aparecen estas señales, evitando así que lleguen al punto de sobrecansancio. Cuando esto ocurre, en lugar de relajarse, muchos bebés entran en un estado de hiperactividad que dificulta aún más que logren conciliar el sueño.


Establecer una rutina para dormir a una hora específica cada noche ayuda a crear hábitos que aseguren un descanso adecuado, especialmente cuando hay compromisos como trabajo, escuela o guardería que requieren despertar a una hora fija en la mañana. Sin embargo, en circunstancias en las que mamá y bebé no necesitan ajustarse a un horario estricto, la flexibilidad en la hora de acostarse y despertarse no afectará negativamente al bebé, siempre que reciba las horas de sueño que necesita.


¿Tu Bebé No Duerme Bien? Probablemente Si


Cuando no dormimos lo suficiente, nos sentimos irritables, nos cuesta concentrarnos, tenemos menos energía, bostezamos constantemente y hasta se nos marcan las ojeras. Lo mismo ocurre con los bebés y niños. Observar su comportamiento durante el día nos da pistas sobre la calidad de su sueño nocturno y nos ayuda a identificar si realmente están descansando de forma reparadora.


El Gran Mito Sobre La Hora de Dormir


No existe una hora universal a la que todos los bebés deban dormirse cada noche, ya que la hora de ir a la cama depende por completo de la hora a la que se despiertan y de las necesidades de cada familia.

Las rutinas familiares varían según la cultura y el entorno. En algunos lugares, los días comienzan muy temprano en la mañana, mientras que en otros, las actividades inician más tarde. Asimismo, cada niño tiene su propio ritmo biológico: algunos se despiertan temprano sin importar la hora a la que se acuesten, mientras que otros prefieren dormir tarde y despertarse más avanzada la mañana. Estos patrones de sueño se conocen como "alondras" y "búhos", respectivamente, y es importante considerarlos al momento de establecer una rutina de descanso ideal.


¿Dormir Tarde Es Malo Para Tu Bebé?


Las hormonas encargadas de inducir el sueño comienzan a liberarse cuando oscurece, lo que significa que la hora de dormir puede verse influenciada por la estación del año y el lugar donde vivimos. En países donde el sol se pone muy tarde en verano, es necesario oscurecer los espacios si la familia necesita apegarse a un horario específico, como cuando los niños asisten a la escuela. Por el contrario, en invierno, cuando la luz solar es limitada y los días son más cortos, puede ser necesario utilizar iluminación artificial para mantener una rutina activa antes de la hora de dormir.


El sueño reparador es especialmente crucial durante la etapa de crecimiento, ya que desempeña un papel fundamental en la liberación de la hormona del crecimiento. Esta hormona se libera cada vez que el bebé entra en la fase de sueño profundo, la cual está presente en cada ciclo de sueño y representa aproximadamente el 20% de su duración.


Durante la noche, pasamos por varios ciclos de sueño, y siempre que un bebé o niño duerma el número de horas necesarias para su edad, logrará completar todos los ciclos requeridos para la adecuada liberación de la hormona del crecimiento.

Es fundamental permitir que los bebés y niños duerman cuando su cuerpo lo necesite, sin interrupciones y sin preocuparnos excesivamente por la duración de cada descanso. Los bebés, en particular, tienen una gran capacidad de autorregulación, lo que significa que si experimentan despertares nocturnos frecuentes, encontrarán la manera de compensarlo durante el día.


La Clave Para Ajustar El Sueño De Tu Bebé Sin Estrés


En el caso de bebés y niños que aún no están escolarizados, no hay inconveniente en que tengan un horario de sueño diferente al de aquellos que sí asisten a la escuela o guardería. Si se duermen tarde en la noche pero también se despiertan tarde en la mañana, no representa un problema, siempre y cuando estén cubriendo sus necesidades de descanso. Lo fundamental es asegurar que duerman lo suficiente.


Sin embargo, en los casos en los que exista la necesidad de despertarse temprano en la mañana a una hora específica, si la última siesta del día se extiende demasiado, podría reducir el tiempo necesario para acumular la presión homeostática del sueño. Esto dificultaría que el niño tenga sueño a la hora habitual de acostarse. En estas situaciones particulares, se recomienda acortar esa última siesta para evitar que el horario nocturno se desplace demasiado.


¿Debes Controlar Las Siestas De Tu Bebé? Esto Es Lo Que Debes Saber


Desde el nacimiento hasta aproximadamente los cuatro meses de edad, el ritmo de sueño de los bebés es ultradiano, lo que significa que no diferencian entre el día y la noche y necesitan realizar múltiples siestas a lo largo de la jornada. A partir de los cuatro meses, el sueño comienza a madurar, desarrollando más fases y alineándose con un ritmo circadiano.


Así como un régimen de alimentación con horarios estrictos puede interferir con la nutrición y el desarrollo del bebé, imponer horarios rígidos para las siestas sin una razón específica puede afectar negativamente su descanso. Incluso, podría impactar la adecuada liberación de la hormona del crecimiento al interrumpir ciclos de sueño esenciales.


Siempre que un bebé pueda dormir y despertarse de forma natural, sin interrupciones impuestas, su descanso será de mayor calidad. Además, si se encuentra en cercanía o en brazos de su cuidador principal, es más probable que logre conectar ciclos de sueño tras cada microdespertar, consiguiendo así un mayor número de horas de descanso profundo y reparador.


La Clave Para Noches Más Tranquilas (Para Ti Y Tu Bebé)


El sueño “independiente”, la separación forzada y la falta de respuesta a los llamados del bebé pueden activar su estado de alerta, aumentando su necesidad de buscar seguridad y provocando despertares frecuentes con llanto tras cada ciclo de sueño. Es por esto que comúnmente observamos que los bebés duermen menos tiempo y se despiertan llorando en la cuna, mientras que las siestas en contacto suelen ser más largas y los despertares más tranquilos.


Recurrir al contacto físico o al pecho tras un despertar es la manera en que el bebé se asegura de que no está desamparado y de que puede permitirse volver a dormir en calma. Acompañar los despertares nocturnos con contacto, palabras de afirmación como “aquí estoy, bebé”, caricias o una contención suave en la cabeza, el pecho o los pies, crea asociaciones seguras que le permiten relajarse y dormirse nuevamente con más facilidad. Y cuando el bebé se duerme más rápido, la madre también podrá dormirse antes, logrando así un descanso mayor y de mejor calidad.


Es fundamental que como madres y padres estemos conscientes de la forma en que brindamos esta seguridad, asegurándonos de hacerlo desde un estado de calma. Nuestro objetivo no es solo ayudar al bebé a dormirse más rápido, sino también permitirnos a nosotros mismos un descanso reparador.

¿En Quién Confiar Para Mejorar El Sueño De Tu Bebé?


Dormir más y mejor como padres no debe lograrse a expensas de la salud mental de nuestros hijos.

Como familias, debemos aprender a diferenciar entre las recomendaciones basadas en las neurociencias del sueño infantil y aquellas fundamentadas en métodos cognitivo-conductuales que buscan el sueño “independiente” sin considerar las necesidades biológicas del bebé. Así, cuando busquemos orientación en esta área, podremos elegir profesionales que realmente protejan el sueño de calidad y reparador de nuestros hijos, sin comprometer su bienestar emocional.


Vanessa Velásquez-Rousseau

Consultora de Lactancia IBCLC y Sueño Infantil





 
 
 

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